El diseño de la maqueta está basado, como no podía ser de otra forma dado el espacio (3m x 1’65m), en una serie de óvalos disimulados bajo montañas.
La maqueta se situa en una plataforma aérea en el techo de una pequeña habitación, disimulada en el falso techo de escayola, lo cual limita la altura de los elementos en el toporama a unos 40 cm.
El circuito básico (color azul) nace de los juegos de vías clásicos y sucesivas extensiones que märklin vendía hace unos años en vía M, al que se le añadió un tercer óvalo interno.
A partir de ahí, la maqueta fue creciendo, ganando en longitud y en un cuarto óvalo aéreo(color rosa) que posibilitaba el cambio de sentido en la marcha de los trenes. Este circuito es la última versión del que montaba y desmontaba cada navidad cuando era más jovencito. Aquel, obligaba al circuito aéreo a pasar completamente sobre las vís azules, comprimiendo mucho más la maqueta – la dimensión máxima que disponía entonces era 3m x 1‘5m.
Sobre esta base y sobre la idea de reutilizar al máximo todo el material que había ido recogiendo durante los años que dejé de montar aquella mi primera maqueta, se construye el diseño actual, que introduce una segunda rampa para una estación oculta, proporcionando además el cambio de sentido complementario al que ya tenía para que todos los trenes pudan circular en ambos sentidos de marcha sin necesidad de maniobrar.
La estación oculta incluye un «óvalo» más, o bucle, que permite la circulación continua de trenes en la estación, sin necesidad de mantenerse parados antes de salir de nuevo a la superficie.
Este nivel más bajo cuenta con su un particular «corredor de alta velocidad» que da lugar a un par de desfiladeros con puentes y bastante altura – toda la que se pude.
Finalmente, a fin de ganar espacio para decoración, buena parte de los óvalos superiores se ocultan bajo dos montañas en esquinas opuestas, una dedicada a una pequeña población y la otra para una zona más silvestre.
Existen básicamente dos posiciones enfrentadas en cuanto al toporama en sí se refiere. Hay quien prefiere disponer de pocas vías y disfrutar más del modelismo paisajístico, intentando dar un aspecto realista a sus maquetas, con estaciones secundarias, huyendo de ciudades y grandes complejos que dificilmente se pueden reproducir a escala. Y hay quien, como yo, prefiere disponer de un buen campo de vías donde maniobrar y ver muchos trenes rodando a la vez. Admito que me inclino por la segunda opción un poco «obligado» por el deseo de hacer uso de todo el material disponible, y que con un par de desvíos y algún cruce ya se pueden construir toporamas donde pasar horas maniobrando trenes, o incluso se puede hacer uso de la estación oculta para «jugar» y maniobrar. Pero también, siendo objetivo, con el espacio disponible no había posibilidad de una maqueta ultrarrealista, con tan sólo un par de vías en paralelo recorriendo una pradera para desaparecer en una montaña – definitivamente hubiese quedado demasiado pobre.
En su lugar el diseño actual ha vaciado el centro del óvalo interior para ganar algo de espacio y hace uso de las montañas para tener otros elementos no estrictamente ferroviarios. Además las montañas en si mismas, y junto con las rampas, ya dan pie a elementos muy vistosos.
Obviamente, y a falta tener aún muy definido el detalle de la decoración, el diseño es susceptible de pequeñas modificaciones en la fase de implementación. (no soy ningún artista con el wintrack)
Como complemento al espacio disponible hoy en día, también tengo diseñado una posible ampliación, tomando dos paredes de la habitación en las que se podrían poner dos estanterías con un toporama propio. Gracias a este nuevo diseño podría introducir otro elemento de gran impacto, el agua, y a ser posible una presa. Por problemas de espacio y dinero este segundo toporama no lo estoy considerando en la instalación actual, simplemente dejaré las vías que le darían acceso listas, y tal vez considere el uso del agua en forma de un pequeño riachuelo que en el futuro de al río/lago de las estanterías.