Como para muchos, uno de los problemas de más difícil solución a la hora de montar una maqueta es el espacio (la última frontera 😉 ). El año pasado, gracias a una remodelación profunda en casa de mis padres, por fin pude disponer de sitio para una maqueta fija…o casi fija. La solución consiste en una maqueta en el techo, disimulada en el falso techo de escayola, que sube y baja gracias a un motor de persianas. Las dimensiones (3m x 1’65m) venían impuestas no sólo por el tamaño de la habitación, sino también por la situación de estanterías, columnas y vigas. Por suerte la puerta de acceso se pudo colocar para que abriera hacia fuera, y los armarios al ser empotrados, no disminuyeron el espacio necesario para tener la maqueta bajada.
El sistema, aunque sencillo de concebir, nos dio un poco de guerra, ya que había que asegurar que la maqueta permanecería en su sitio en todo momento, sobretodo cuando se encontrase “arriba” y hubiese gente “abajo”.
Por supuesto la instalación necesita algo de albañilería y herrería, y mi consejo es que se contacte con profesionales que nos puedan garantizar que la obra será segura. Además es recomendable contar con un arquitecto o aparejador (al menos para consultar) que tenga en cuenta los esfuerzos que va a soportar la estructura.
En mi caso el albañil, herrero y aparejador estaban ya “en casa” por las obras, así que se pudo prever el sitio donde se iba a instalar la maqueta – dejando accesible el falso techo de escayola) y encargar el armazón donde reposaría todo al herrero.
El paso siguiente fue colgar el armazón del techo e instalar un motor de persianas industriales. Esto que parecía lo más sencillo ha sido lo que más tiempo ha necesitado.
Por un lado, asegurar los enganches del techo ha implicado reforzarlo por medio de unas viguetas metálicas a las que se enganchan las poleas, por otro lado, no fue fácil encontrar las poleas que se necesitaban –fijas, anchas y robustas, al final se optó por usar ruedas de puertas industriales .
Finalmente, a base de buscar y contactar con un persianero, encontramos todos los elementos necesarios para la instalación y el sistema quedó listo tal y como se ve en las fotos.
Como se puede ver, hemos optado por un armazón metálico para reducir el peso y evitar posibles combamientos de la madera. El motor se controla con dos interruptores justo debajo del interruptor de la luz, lo que ya ha provocado varios sobresaltos en casa… si te equivocas en vez de encender la luz bajas la maqueta. El sistema queda a una altura de 1’10 metros, aunque se puede regular. Precisamente, una de las ventajas de las “maquetas aéreas” es poder acceder a los “bajos” de la maqueta estando de pie, simplemente bajando la estructura por encima de tu cabeza.
Una vez tuvimos la estructura colocada, se paso a embellecerla/disimularla. Lo primero, se volvió a colocar escayola para tapar las viguetas que soportan las poleas, y se acomodó la tapa de registro que da acceso al motor de persiana.
Posteriormente se procedió a tapar por debajo la estructura. Desde el punto de vista decorativo se consideraron dos estrategias: disimular o resaltar. Se podría haber optado por tapar con chapa de color madera, intentando resaltar el rectángulo que forma la estructura en el techo ( ejemplo para slot ), pero decidimos usar chapa blanca (traseras de armario) e intentar disimular un poco el rectángulo. La razón es que hubiese sido difícil encontrar un color de madera similar al de los amuebles y armarios, y no estábamos muy seguros del efecto que causaría. Obviamente, si se opta por disimular hay que ser conscientes de que jamás se podrá tener un techo homogéneo, ya que hay que dejar algo de margen entre la estructura y el hueco en el techo para que suba y baje sin problemas.
En cualquier caso el mayor atractivo de la habitación es la maqueta en sí, y tampoco hay mucho motivo para disimularla, simplemente hemos intentado que quedara algo limpio y aseado.
Desde el punto de vista técnico, pensando ya en la maqueta, la colocación de las traseras de armario para embellecer necesitó bastante tiempo de reflexión. Las traseras tenías que ser movibles para poder acceder al cableado y además queríamos algo de espacio entre los paneles de vía y las traseras para no sufrir con los cables y poder colocar decoders, motores y cualquier elemento que se pudiera disimular “bajo tierra”.
Nuestra primera opción fue aprovechar la estructura metálica para, con ayuda de imanes sujetar las traseras a la estructura. Lamentablemente los imanes no aportaban la sujeción suficiente (no con el presupuesto de imanes que se barajaba) y no parecía una solución muy segura. La segunda opción era agujerear la estructura para colocar tiradores (al estilo de los techos móviles). Esta solución hubiese funcionado bastante bien, más si se hubiesen utilizado corcho en lugar de madera para embellecer. Sin embargo, y puesto que ya teníamos la madera lista, la solución fue instalar unas guías laterales en forma de «u» donde poder encajar, desplazar e incluso soltar las traseras a voluntad, ganando así espacio para el cableado y disponiendo de una solución que permite el acceso fácil a los elementos ocultos de la maqueta- incluyendo la estación subterránea.
Llegados a este punto, a fin de sujetar las guías se tuvo en cuenta el diseño final de la maqueta, y en especial de las rampas y estación oculta. La idea era no solo tener acceso a la estación oculta, sino que se pudiera tener una buena panorámica de todo lo que está pasando en ella. Para ello, en lugar de utilizar un marco tradicional a lo largo del rectángulo, se optó por colocar elementos de este marco en las esquinas de la estructura y en las traveseras que lo requiriesen y permitiesen: donde fuera necesario para sujetar la chapa donde reposa el toporama, y donde se pudiese para no obstaculizar la visión y el trazado del nivel oculto.
Las fotos muestran el resultado final